A veces en mi cuarto estando solo quisiera acabar con todo, siento que en esta vida no tengo chance, que todo lo que hago es un percance. Y es precisamente en ese momento en que de mi mala suerte yo me lamento, en que tú te apareces con tus caricias, me besas por la espalda, me das una sonrisa, me dices “flaco, olvida el caso, a la envidia no le hagas caso”. Por ser siempre así, siempre así, estas tres notas son para ti. Recuerdo aquel día en que te conocí, muchos amores empiezan así. “Que feo, que creída”, eso pensamos. ¿Quién diría que nos enamoramos? Y no fue el destino ni tampoco tus amigas lo que nos unió de por vida, fue el hablar claro como dos amigos, sin dejar los defectos escondidos. “¿Sabes qué pelada? Me gusta hablar sucio”, tú dijiste “No me importa si me quieres mucho”. Por ser siempre así, siempre así, estas tres notas son para ti. Recuerdo todas esas cosas que juntos vivimos: las veces que tú, con tus loqueras cogías mi gorra y jugabas a la rapera; los primeros besos, las primeras huidas, las primeras caricias atrevidas. Y aquella vez que jugando en mi cama, fuiste mía un viernes de mañana; desnuda y con el corazón en la mano me abrazaste, me besaste y me dijiste “Te amo”. Por ser siempre así, siempre así, estas tres notas son para ti. “¿Sabes?, yo sé que a veces quisiera escoger y matarme. Pero sabes, a veces... ¿si?. ¿Sabes?, yo sé, no soy un galán, soy callejero, un chance patán. Pero te quiero, eso no lo niego. Pero al ser dominado le tengo miedo. Dime necio, dime terco, dime infracto; dime todo eso, pero dímelo con tacto. Y si alguna vez te hice llorar, fueron palabras que no quise mencionar. No soy muy cursi, eso tú lo sabes, pero en el mundo no hay quien más te ame”. Por ser siempre así, siempre así, escucha, estas tres notas son para ti.
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