
martes, 24 de noviembre de 2009
domingo, 15 de noviembre de 2009
ETAPAS.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo?, ¿Se acabó la relación?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqués, en devolver el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. ¡Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente! El pasado ya pasó.
No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.
Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, ¡nada ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.
Pero… cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!
sábado, 17 de octubre de 2009
¿QUÉ PASARÍA?

domingo, 4 de octubre de 2009
FACETA INFANTILOIDE.
Escucho canciones infantiles con mi primito y bailamos juntos, llego a mi casa, las pongo en la computadora y bailo sola (si son para "actuar" tipo Saco una manito, más todavía), después estoy todo el día cantando La brujita Tapita, Pinocho o La vaca lechera; me grabé un CD de Xuxa para escuchar mientas hago cosas; voy por la calle bailando y cantando en voz alta, la gente me mira y sonríe - o se ríe, no lo sé, no me detengo a pensar en eso, pero yo creo que sonríen -. Le hablo a mi mamá haciéndome la bebé, "traéme la gombacha" o "alcanzame la gombilla para el mate" le digo; y ella se ríe, y yo más. Todas las noches cuando voy a guardar mis cosas en la pieza le digo a mi mamá que me voy y que no me espere a comer, como hacía cuando era chiquita. En short y medias, me cuelgo la mochila y le digo chau. Y ella se ríe de nuevo, y de nuevo yo me río más.
Veo dibujitos animados con mis primitos más chicos en Discovery Kids, aunque esos no me gustan mucho. Pero paso horas viendo dibujitos animados "de mi época": Scooby Doo, Las chicas superpoderosas, La Vaca y el Pollito, Johnny Bravo, Las Olimpiadas de la Risa, los Looney Tunes, La Pantera Rosa; todos en Boomerang, por supuesto. De vez en cuando encuentro Plaza Sésamo, los Muppets o El chavo y, dicho sea de paso, los veo aun.
Veo los juguetes de mis primos chicos y juego yo; armo castillos con sus maderas, pinto sus libritos de pintar, hago torres con Rastis (mentira, son de otra marca más actual).
También hago rimas tontas al estilo "Agustina come gelatina" o "Nicolás camina para atrás"; y le cambio la letra a canciones de Calamaro, Attaque 77, la Bersuit, los Redondos, Catupecu. "Cuidado con las palabras que terminan con ina, yo también quiero mucho a Agustina aunque nadie me preguntó si Agustina me quería llamar" canto, aunque no tenga sentido lo que dicen mis letras inventadas. Tengo colección de cuentos infantiles, y cuando estoy aburrida todavía los leo.
Desfilo, me disfrazo y desfilo. Canto desafinada con el karaoke de la computadora. Bailo ridículamente. Hasta a veces soy un poco caprichosa. En mi celular, el sonido para los mensajes de texto es de Buscando a Nemo y el fondo de pantalla de los Looney Tunes. Y ni hablar de las películas, cada vez que encuentro alguna de Disney me quedo viéndola; todavía lloro con Pocahontas, Dumbo y El rey León.
Me acuerdo del nombre de mi amigo invisible, Vicky (sí, era hombre y se llamaba así), aunque me abandonó hace mucho tiempo ya. Igual sigo hablando sola, "pensás en voz alta" me dicen algunos.
Algunos me dicen infantil, sin embargo sigo haciéndolo, y hasta adelante de todo el mundo.
Tengo regresiones infantiles, siempre. Y las amo.
jueves, 17 de septiembre de 2009
-
A VER... ¡NINGUNA MUJER QUIERE VERSE COMO EMBARAZADA CUANDO NO LO ESTÁ! Y MENOS QUE MENOS, VERSE COMO M.C. PERO SIN SILICONAS. Y CON DOLOR.
¡LARGA VIDA AL IBUEVANOL!

-

viernes, 4 de septiembre de 2009
- stop!
Ahora que la vida pasa sin disimular, ahora y siempre que el fracaso es algo que está por llegar. Ahora que la luna no me hace coros al cantar, ahora que abrazo a mi guitarra antes que a la soledad. Que voy pasando por la vida como pasas por mi cama, a prisa y sin destino mientras mi saliva estalla; y sólo hace prosas que hagan versos y versos que hagan soledad, me enveneno por las noches cuando no quiero pensar. Ahora que no lloro en los sueños y tu lloras por no soñar, ahora que son esos sueños los que no se hacen realidad. Ahora que el futuro es algo que quiero olvidar, ahora que amor es pasado y que el pasado está de más. Que voy pasando por la vida como pasas por mi cama, a prisa y sin destino mientras mi saliva estalla; y sólo haces prosas que hagan versos y versos que hagan soledad, me enveneno por las noches cuando no quiero pensar. Que voy pasando por la vida como pasas por mi cama, a prisa y sin quedarte ¡mierda, no puedo olvidarte! Y sólo hago prosas que hagan versos y versos que hagan soledad, me enveneno por las noches, cuando no quiero pensar. "Ahora que la vida a veces me da la espalda, ahora que si pierdo el rumbo es detrás de una falda, ahora que siete y siete son trece, ahora que al mirar atrás tan solo me escuece. Cuando pierda la cabeza por los ojos de una gata, cuando se hunda mi fragata y yo no sepa nadar, cuando la lluvia no me mojaba y a tí sólo te mojaba yo. Ahora que gritamos y casi nadie escucha, ahora que el silencio lo dice casi todo... ¡¿Y AHORA QUÉ?!" Que sigo echándole huevos a lo que quede de destino, y ve por donde quieras pero márcame el camino; y cuando esté triste evítame pensar, hazme lo que quieras pero ayúdame al olvidar. Y cuando venga mi suerte a perseguirme en su ruleta, yo la llevo hasta tus brazos pa' que naufrague en tus tetas. Que haces daño como nadie y escueces como ninguna, mas por tí paso las horas malcomiendo o en ayunas.

lunes, 31 de agosto de 2009
EL ENAMORADO ~
Debo fingir que en el pasado fueron
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
Debo fingir que hay otros. Es mentira.

domingo, 30 de agosto de 2009
Corazón coraza -
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

domingo, 23 de agosto de 2009
-
viernes, 21 de agosto de 2009
-
EL DOLOR PARA VOS, NO.
EL DOLOR PARA VOS, ¿NO?
¿EL DOLOR PARA VOS? NO.
EL DOLOR... ¡PARA VOS NO!
¿EL DOLOR? PARA VOS NO.
A la mierda!
domingo, 16 de agosto de 2009
~ mi mitad.

miércoles, 5 de agosto de 2009
martes, 4 de agosto de 2009
-
QUELOPARIÓ.
domingo, 12 de julio de 2009
sept.

domingo, 5 de julio de 2009
A LA LUZ DE UNA SONRISA.

miércoles, 24 de junio de 2009
-
Hablen, tiene tres minutos.
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte
entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais,
para bajar al pozo donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara
cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico,
entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío,
llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna
la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo que pienso en ti obstinadamente,
como una ciega máquina, como la cifra que repite
interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano,
acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas
en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos,
que nos demos un pétalo,
aunque sea un pasito, una pelusa.
NO ME DES TREGUA, NO ME PERDONES NUNCA...
No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre,
que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tálame como un sílex, desespérame.
LA LENTA MÁQUINA DEL DESAMOR...
La lenta máquina del desamor,
los engranajes del reflujo,
los cuerpos que abandonan las almohadas,
las sábanas, los besos,
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo,
ya no mirándose entre ellos,
ya no desnudos para el otro,
ya no te amo,
mi amor.
LOS AMANTES
¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos ?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
POEMA
Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.
viernes, 19 de junio de 2009
VII
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.
miércoles, 17 de junio de 2009
CORSO (altamente recomendable).
Hacía un tornillo que te la debo, pero igual las minas andaban casi en bolas en las carrozas, yo siempre digo que estas ñatas con tal de andar en bolas hacen cualquier cosa. El Ángel y yo empezamos a pasarles los plumachos por las gambas, vos sabés qué plato. A las tipas les gustaba, pero algunas ponían cara seria para disimular, vamos, viejo, a quién no le gusta que le hagan cosquillitas. Un jetón que iba en una picá llena de florcitas le dijo al Ángel por qué no se las metés a tu abuela y el Ángel le refregó el plumacho por la cara. El tipo hizo como que se bajaba pero cuando nos vio las caras subió el vidrio y la dejó a la hermanita en el capó y el Ángel le rompió tres plumachos entre las gambas, estuvo exagerado.
Pero lo grande fue cuando vino el hindú en un Forcito del tiempo e' mama. Este hindú venía todo desnudo, menos un calzoncillo cerradito y un turbante en el melón con una piedra divina, te lo juro. Iba sentado en el capó, con las patas cruzadas, seguro que lo vio en el cine. Con una mano se agarraba la barriga, y con la otra se tocaba la piedra del melón y después el pecho y saludaba, hablando bajito en un idioma. Pero lo mejor que hacía este hindú era que en cada bocacalle se tomaba un trago de un frasquito, prendía un fósforo y escupía unas llamaradas de samputa.
Cuando el Ángel lo vio, se quedó enloquecido y empezamos a seguirlo. Yo le decía dejáme de joder, mirá las minas, y el Ángel nada, el hindú lo tenía entusiasmado, lo miraba de arriba abajo como si fuera Nélida Roca. Ahí supe que iba a hacer una cagada, porque el Ángel será lo que vos quieras, menos eso.
Cuando me quise acordar estábamos frente al palco el hindú con el Forcito y al lado el Ángel y yo detrás. Entonces el hindú mirando el palco donde estaba el intendente, echa la cabeza para atrás y se manda un trago doble de nasta, y mirando al cielo se arrima el foforito. Y en eso lo veo al Ángel que levanta el plumacho y lo toca justito en el hueso de la garganta, y el hindú empieza a escupir fuego hasta por los ojos y se siente un olor a bife que no te cuento, el hindú parece que se quema, y yo hago lugar para los bomberos, o sea que me rajo. Y por la otra vereda lo veo al hindú que lo corre al Ángel, y ya no le habla en el idioma sino que le dice la puta que te parió, la puta que te parió, y menos mal que no lo agarra porque sinó lo mata. Al rato nos encontramos con el Ángel en la estación, el Ángel hace como que me habla en el idioma, y nos meamos de la risa, viejo, vos sabés qué plato.
"LOS OFICIOS TERRESTRES" - RODOLFO WALSH
viernes, 12 de junio de 2009
PLATERO...
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
- Tien' asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Juan Ramón Jiménez.
miércoles, 10 de junio de 2009
BASURA. -
–Buen día.
–Buen día.
–Usted vive en el 610.
–Y usted en el 612.
–Pues sí.
–No había tenido la oportunidad de conocerlo...
–Es cierto...
–Disculpe mi indiscreción, pero he visto antes su basura.
–¿Mi qué?
–Su basura.
–Me he fijado que nunca es mucha. Su familia debe ser pequeña...
–En realidad, vivo solo.
–Mmmm. Noté también que usa mucha comida de lata.
–Es que tengo que hacerme yo mismo la comida. Y como no sé cocinar...
–Entiendo.
–Usted también...
–Trátame de tú...
–Bueno, ahora perdóname a mí la indiscreción, pero he visto algunos restos de comida en tu basura: setas, cosas así...
–Es que me gusta mucho cocinar, hacer platos diferentes... pero como vivo sola, a veces me sobra...
–¿No tiene... digo, no tienes familia?
–Tengo, pero no aquí.
–En Espíritu Santo.
–¿Y cómo lo sabes?
–He visto unos sobres en tu basura... de Espíritu Santo.
–Pues sí. Mami me escribe todas las semanas.
–¿Es profesora ella?
–¡Es increíble! ¿Pero cómo lo adivinaste?
–Por la letra del sobre. Me pareció letra de profesora.
–Tú no recibes muchas cartas... a juzgar por tu basura, digo.
–Pues no...
–El otro día había un sobre de telegrama todo arrugado.
–Sí.
–¿Malas noticias?
–Mi papá. Murió.
–Lo siento mucho.
–Ya estaba muy viejito. Vivía en el sur. Hace tiempo que no nos veíamos.
–¿Fue por eso que empezaste a fumar de nuevo?
–¿Y cómo lo sabes?
–De un día para otro empezaron a aparecer en tu basura cajetillas estrujadas.
–Es verdad. Pero ya he logrado dejarlo.
–Yo, gracias a Dios, nunca he fumado.
–Yo sí. Pero he visto unos frascos de pastillas en tu basura...
–Tranquilizantes. Fue una etapa. Ya pasó.
–Te peleaste con un novio, ¿verdad?
–¿También eso lo descubriste en la basura?
–Primero botaste un ramo de flores, con todo y tarjetita. Después, muchos kleenex.
–Sí, lloré bastante, pero ya pasó...
–Pero hoy todavía hay unos kleenecitos...
–Es que tengo un poco de alergia.
–Ah.
–Veo muchas revistas de crucigramas en tu basura.
–Pues sí... bueno... es que estoy mucho en casa... no salgo mucho... ya sabes.
–¿Tienes novia?
–No.
–Pero hace unos días había una foto de una mujer en tu basura. De lo más bonita.
–Estaba limpiando gavetas. Cosa del pasado.
–No rompiste la foto. Eso significa que en el fondo quieres que vuelva.
–¡Pero ya estás analizando mi basura!
–No puedo negar que tu basura me interesó.
–Gracias. Cuando examiné la tuya, decidí que me gustaría conocerte. Creo que fue la poesía.
–¡No! ¿Viste mis poemas?
–Los vi, y me gustaron mucho.
–¡Pero si son muy malos!
–Si los encontraras tan malos, los habrías roto. Estaban dobladitos.
–Si hubiera sabido que los ibas a leer...
–No me los guardé porque, después de todo, sería como robar, aunque, no sé: ¿la basura sigue siendo propiedad de quien la tiró?
–Pienso que no. La basura es de dominio público.
–Tienes razón. A través de la basura, lo particular se vuelve público. Las sobras de nuestra vida privada se integran con las sobras de otros. La basura es comunitaria. Es nuestra parte más social. Será eso...
–Bueno, ya estás yendo muy lejos con eso de la basura. Creo que...
–Ayer, en tu basura...
–¿Ah?
–¿Me equivoco, o había carapachos de camarón?
–Acertaste. Compré unos camarones grandes y los pelé.
–Me encantan los camarones.
–Bueno, los pelé, pero no me los he comido todavía. Quizás podríamos...
–¿Comer juntos?
–Ajá.
–No quiero darte trabajo.
–No es ningún trabajo.
–Vas a ensuciar tu cocina.
–Nada. En un momento se limpia todo y se botan las sobras.
–¿En tu basura o la mía?

sábado, 6 de junio de 2009
TODAVÍA.
estás llegando a mi lado,
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría.
Palpo, gusto, escucho y veo
tu rostro, tu paso largo,
tus manos, y sin embargo
todavía no lo creo.
Tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo,
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto.
Nadie nunca te reemplaza,
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa.
Sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte,
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía.
Pero venís y es seguro,
y venís con tu mirada,
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro.
Y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos,
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido.
Y si beso la osadía
y el misterio de tus labios,
no habrá dudas ni resabios,
te querré más
todavía.
(me hace llorar, siempre).

TODAVÍA - MARIO BENEDETTI
miércoles, 3 de junio de 2009
INSTRUCCIONES PARA LLORAR.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

JULIO CORTÁZAR - HISTORIAS DE CRONOPIOS Y FAMAS
viernes, 29 de mayo de 2009
UNA PRINCESA Y UN BUFÓN ERRANTE.
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas vanales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la líbelula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgullosos de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal,
¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está palida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
--¡Calla, calla, princesa --dice el hada madrina--,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

SONATINA - RUBÉN DARÍO
martes, 26 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
domingo, 17 de mayo de 2009
QUIERO, DAME, DALE.

sábado, 16 de mayo de 2009
CLAROSCURO.

viernes, 15 de mayo de 2009
ORFEO Y EURÍDICE
Algunas tradiciones lo presentan como el soberano de Tracia, donde gobernaba sobre los bistones, los odrisos y los macedonios, entre otros. Está normalmente considerado hijo del rey de los tracios, Eagro, aunque en ocasiones se le adjudica como padre al dios Apolo. Las tradiciones discrepan más respecto a su madre, pero generalmente es considerada una de las musas, pudo ser Calíope, Polimnia, Urania o quizás Menipe (una hija de Támiris).
Participó en la expedición de los Argonautas. Orfeo no remaba, se encargaba de marcar el ritmo de los remeros. Al ser el único iniciado en los misterios de Samotracia, era el encargado de pedir protección a los Cabiros (dioses menores protectores de los marineros), por lo que ejerció como sacerdote de los Argonautas. Durante una tempestad, sus cantos consiguieron tranquilizar a la tripulación e incluso calmar la furia de las olas.
En esta expedición, su mayor hazaña fue anular el embrujo que los cantos de las Sirenas producían en los marineros. Orfeo entonó tan dulces melodías que la tripulación no sintió deseos de acercarse a las Sirenas, evitando así estrellarse contra las rocas y ser devorados por las Sirenas. Algunas leyendas cuentan que tras este episodio las Sirenas se suicidaron.
Pero el mito que realmente ha dado notoriedad a este personaje ha sido su descenso a los infiernos en busca de Eurídice, esposa de Orfeo. Cierto día, mientras la dríade Eurídice se paseaba con sus compañeras por un prado de Tracia, fue sorprendida en tan gozosa ocupación por Aristeo, un hijo de Apolo. Embelesado por la belleza de la ninfa, sé abalanzó sobre ella con aviesas intenciones. Para evitar la violación, Eurídice emprendio una veloz carrera. Por desgracia, durante la persecución, la joven pisó con su pie descalzo una serpiente y murió. Cuando Orfeo descubrió su muerte, el dolor que sintió fue tan hondo que decidió adentrase en los infiernos para rescatarla de las fauces de la muerte.
Gracias al hechizo que sus melodías producían, Orfeo pudo adentrase en el Tártaro. Primero embelesó con su música al barquero Caronte, que consintió en llevarle a través de los pantanos del Aqueronte. Después sus cantos embrujaron a Cérbero, el perro que cuida la entrada del Hades. Su música tuvo el poder de detener los suplicios de los condenados, la rueda de Ixión dejó de girar, la piedra de Sísifo quedó en equilibrio, Tántalo olvidó momentáneamente su eterna hambre y sed, las Danaides dejaron de llenar su tonel sin fondo. Tampoco los tres jueces infernales, Minos, Éaco y Radamantis quedaron indiferentes ante su música. Impresionados los dioses del Tártaro, Hades y Perséfone, ante tales pruebas de amor y habilidad, consintieron en devolverle a su amada. Solo pusieron una condición, que Orfeo saliese con Eurídice de los Infiernos sin volver la vista atrás, para comprobar que su esposa le seguía, hasta que llegase a la luz del sol. Orfeo aceptó y comenzó a caminar hacia la salida, con el sonido de su lira guiaba a la ninfa a través de la oscuridad. Cuando ya estaba cerca de la luz, le asaltó el temor de haber sido burlado por los dioses infernales, e incapaz de resistirse volvio la cara. En el momento en que sus ojos se posaron sobre su mujer, Eurídice desapareció para siempre y Orfeo se vio obligado a regresar al mundo de los vivos sin ella.
La muerte de Orfeo nos ofrece mitos con numerosas variantes. Generalmente se admite que murió despedazado por las mujeres tracias. Los motivos de la ejecución pudieron ser varios. Quizás Afrodita quiso vengarse de Calíope (por el dictamen que hizo la musa en su papel de juez, sobre la disputa que mantenían Afrodita y Perséfone acerca de Adonis) a través de su hijo y para ello inspiró una insaciable pasión en las mujeres tracias, que se vieron despechadas por las negativas de Orfeo. Pudo ser por inventar la pederastia, pues tras la muerte de Eurídice, Orfeo solo se unió a muchachos. O quizás porque al regresar de los infiernos, instituyó unos misterios que estaban vedados a las mujeres. Otra leyenda relata la muerte de Orfeo por un rayo de Zeus, ofendido el dios, por las revelaciones que estaba haciendo a sus discípulos sobre sus experiencias en el Hades. Una de las versiones atribuye la muerte del músico a las menades. Éstas lo habrían despedazado durante un furor dionisíaco inspirado por Dionisio, celoso por el culto que Orfeo profesaba a Apolo. También existe una leyenda que narra el suicidio de Orfeo atormentado por su fallido intento de recuperar a Eurídice.
Tras su muerte siguen existiendo mitos sobre Orfeo. Una de ellos cuenta que las mujeres tracias arrojaron los pedazos de Orfeo junto a su lira al agua. Los trozos llegaron a Lesbos donde se les dio sepultura y de ella a veces salía el sonido de una lira. Otra tradición relata cómo se desató una peste en la desembocadura del río Meles y el oráculo declaró que la peste cesaría tras ofrendar honras fúnebres a la cabeza de Orfeo. Después de una exhaustiva búsqueda la cabeza fue encontrada por unos marineros aún sangrante y entonando melodías.
(de todos, el que más me gusta).

domingo, 3 de mayo de 2009
NIEBLA

viernes, 1 de mayo de 2009
RIMMEL.

martes, 21 de abril de 2009
DISTANCIA.
(sí, es muy empalagoso, pero hoy estoy asquerosamente cursi y no puedo evitar ponerlo).
domingo, 19 de abril de 2009
domingo, 12 de abril de 2009
REFLEXIONES DE SÁBADO POR LA NOCHE EN CASA.
La vida cambió, se sumaron muchas cosas lindas, feas, preocupaciones, cagadas que hace la gente sin pensar en que después de haber lastimado a alguien las cosas se confunden, así como se confunden cuando lo lastiman a uno, ya no son como antes: no se puede esperar que la gente esté como si nada hubiese pasado. Sencillamente las cosas no funcionan así.
Cuando uno está confundido, cuando no sabe que hacer, cuando se está triste por cosas que sólo uno mismo puede resolver no necesita que le digan como tiene que actuar, en el fondo uno ya sabe lo que tiene que hacer, lo que necesita es ver claramente el momento oportuno para hacerlo. Pero a veces eso es lo que más cuesta, lo que más duele, lo que preocupa, lo que lastima, lo que a uno le quita las ganas de absolutamente todo, lo que a uno le hace arrepentirse del pasado y desear que nunca hubiese sucedido.
Fue lo mejor de lo peor que me ha pasado.
viernes, 10 de abril de 2009
INEXORABLE.
-
(frase cierta si las hay. Gracias Ale, todavía la recuerdo).
ALL BLACK.

LO MEJOR, LO MÁS LINDO.

viernes, 3 de abril de 2009
♥
Muchas veces necesitamos limpiar nuestro almacén interior de cosas feas, de tristezas y dolores para encontrar la liviandad que nos haga fluidos y libres de ataduras, de pesadas cargas que no se pueden llevar tanto tiempo a cuestas. Pero en otros momentos recordamos actos pasados, ejemplos idos, rostros ausentes que emergen de la memoria para devolvernos una sonrisa, el valor de un principio o el principio perdido. Son esas cosas que atesoramos en el almacén de la vida y en el arcón de los recuerdos.
miércoles, 1 de abril de 2009
martes, 31 de marzo de 2009
LOS TRES MONOS SABIOS.

jueves, 26 de marzo de 2009
LA FIESTA
La sobremesa pasó deprisa. Terminaron las clases y Edward me acompañó al coche, como de costumbre, pero esta vez me abrió la puerta del copiloto. Alice debía de haberse llevado su coche a casa para que él pudiera evitar que yo consiguiera escabullirme.
Crucé los brazos y no hice ademán de guarecerme de la lluvia.
- ¿Es mi cumpleaños y ni siquiera puedo conducir?
- Me comporto como si no fuera tu cumpleaños, tal y como tú querías.
- Pues si no es mi cumpleaños, no tengo que ir a tu casa esta noche...
- Muy bien - cerró la puerta del copiloto y pasó a mi lado para abrir la puerta del conductor -. Feliz cumpleaños.
- Calla - mascullé con poco entusiasmo. Entré por la puerta abierta, deseando que él hubiera optado por la otra posibilidad.
Mientras yo conducía, Edward jugueteó con la radio sin dejar de sacudir la cabeza con abierto descontento.
- Tu radio se oye fatal.
Puse cara de pocos amigos. No me gustaba que empezara a criticar el coche. Estaba muy bien y además tenía personalidad.
- ¿Quieres un estéreo que funcione bien? Pues conduce tu propio coche - los planes de Alice me ponían tan nerviosa que empeoraban mi estado de ánimo, ya de por sí sombrío, y las palabras me salieron con más brusquedad de la pretendida. Nunca exponía a Edward a mi mal genio, y el tono de mi voz le hizo apretar los labios para que no se le escapara una sonrisa.
Se volvió para tomar mi rostro entre sus manos cuando aparqué frente a la casa de Charlie. Me tocó con mucho cuidado, paseando las puntas de sus dedos por mis sienes, mis pómulos y la línea de la mandíbula. Como si yo fuera algo que pudiera romperse con facilidad. Lo cual era exactamente el caso, al menos en comparación con él.
- Deberías estar de un humor estupendo, hoy más que nunca - susurró. Su dulce aliento se deslizó por mi rostro.
- ¿Y si no quiero estar de buen humor? - pregunté con la respiración entrecortada.
Sus ojos dorados ardieron con pasión.
- Pues muy mal.
Empezaba a sentirme confusa cuando se inclinó sobre mí y apretó sus labios helados contra los míos. Tal como él prentendía, sin duda, olvidé todas mis preocupaciones, y me concentré en recordar como se inspiraba y espiraba.
Su boca se detuvo sobre la mía, fría, suave y dulce, hasta que deslicé mis brazos en torno a su cuello y me lancé a besarle con algo más que simple entusiasmo. Sentí como sus labios se curvaban hacia arriba cuando se apartó de mi cara y se alzó para deshacer mi abrazo.
Edward había establecido con cuidado los límites exactos de nuestro contacto físico a fin de mantenerme viva. Aunque yo respetaba la necesidad de guardar una distancia segura entre mi piel y sus dientes ponzoñosos y afilados como navajas, tendía a olvidar esas trivialidades cuando me besaba.
- Pórtate bien, por favor - suspiró contra mi mejilla. Presionó sus labios contra los míos una vez más y se apartó definitivamente de mí, obligándome a cruzar los brazos sobre mi estómago.
El pulso me atronaba los oídos. Me puse una mano en el corazón. Palpitaba enloquecido.
- ¿Crees que esto mejorará algún día? - me pregunté, más a mí que a él -. ¿Alguna vez conseguiré que el corazón deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas?
- La verdad, espero que no - respondió, un poco pagado de sí mismo.
Puse los ojos en blanco.
- Anda, vamos a ver cómo los Capuletos y los Montescos se destrozan unos a otros, ¿vale?
- Tus deseos son órdenes para mí.
Edward se repantingó en el sofá mientras que yo ponía la película, pasando rápido los créditos del principio. Me envolvió la cintura con sus brazos y me reclinó contra su pecho cuando me senté junto a él en el borde del sofá. No era exactamente tan cómodo como un cojín, pero yo lo prefería con diferencia. Su pecho era frío y duro, aunque perfecto, como una escultura de hielo. Tomó la manta de punto que descansaba, doblada, sobre el respaldo del sofá y me envolvió con ella para que no me congelara al contacto de su cuerpo.
- ¿Sabes?, Romeo no me cae nada bien - comentó cuando empezó la película.
- ¿Y qué le pasa a Romeo? - le pregunté, un poco molesta. Era uno de mis personajes de ficción favoritos. Creo que hasta estaba un poco enamorada de él hasta que conocí a Edward.
- Bien, en primer lugar, está enamorado de esa Rosalinda, ¿no te parece que es un poco voluble? Y luego, unos pocos minutos después de su boda, mata al primo de Julieta. No es precisamente un rasgo de brillantez. Acumula un error tras otro. ¿Habría alguna otra manera más completa de destruir su felicidad?
Suspiré.
- ¿Quieres que la vea yo sola?
- No, de todos modos, yo estaré mirándote a ti la mayor parte del rato - sus dedos se deslizaron por mi piel trazando formas, poniéndome la carne de gallina -. ¿Te vas a poner a llorar?
- Probablemente - admití -. Si estás pendiente de mí todo el rato.
- Entonces no te distraeré - pero sentí sus labios contra mi pelo y eso me distrajo bastante.
La película captó mi interés a ratos, gracias en buena parte a que Edward me susurraba los versos de Romeo al oído, con su irresistible voz aterciopelada, que convertía la del actor en un sonido débil y basto en comparación. Y claro que lloré, para su diversión, cuando Julieta se despierta y encuentra a su reciente esposo muerto.
- He de admitir que le tengo una especie de envidia - dijo Edward secándome las lágrimas con un mechón de mi propio pelo.
- Ella es muy guapa.
Él hizo un sonido de disgusto.
- No le envidio a la chica, sino a la facilidad para suicidarse - aclaró con tono de burla -. ¡Para vosotros, los humanos, es tan sencillo! Todo lo que tenéis que hacer es tragaros un pequeño vial de extractos de plantas...
- ¿Qué? - inquirí con un grito ahogado.
- Es algo que tuve que plantearme una vez, y sé por la experiencia de Carlisle que no es nada sencillo. Ni siquiera estoy seguro de cuántas maneras de matarse probó Carlisle al principio, cuando se dio cuenta de en qué se había convertido... - su voz, que se había tornado mucho más seria, se volvió ligera otra vez -. Y no cabe duda de que sigue con una salud excelente.
Me retorcí para poder leer su expresión.
- ¿De qué estás hablando? - quise saber -. ¿Qué quieres decir con eso de que tuviste que planteártelo una vez?
- La primavera pasada, cuando tú casi... casi te mataron... - hizo una pausa para inspirar profundamente, luchando por volver al tono socarrón de antes -. Claro que estaba concentrado en encontrarte con vida, pero una parte de mi mente estaba elaborando un plan de emergencia por si las cosas no salían bien. Y como te decía, no es tan fácil para mí como para un humano.
Los recuerdos de mi último viaje a Phoenix me embargaron y durante un segundo sentí cierto vértigo. Aún conservaba en mi memoria, con tal nitidez, el sol cegador y las oleadas de calor procedentes del asfalto mientras corría a toda prisa y con ansiedad al encuentro del sádico vampiro que quería torturarme hasta la muerte. James me esperaba en la habitación de los espejos con mi madre como rehén, o eso suponía yo. No supe hasta más tarde que todo era una treta. Lo que tampoco sabía James es que Edward se apresuraba a salvarme. Lo consiguió a tiempo, pero por muy poco. De manera inconsciente, mis dedos se deslizaron por la cicatriz en forma de media luna de mi mano, siempre a varios grados por debajo de la temperatura del resto de mi piel.
Sacudí la cabeza, como si con eso pudiera deshacerme de todos los malos recuerdos e intenté comprender lo que Edward quería decir, mientras sentía un incómodo peso en el estómago.
- ¿Un plan de emergencia? - repetí.
- Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti - puso los ojos en blanco como si eso resultara algo evidente hasta para un niño -. Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía en claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían... , así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturius.
No quería creer que hablara enserio, pero sus ojos dorados brillaban de forma inquietante, fijos en algo lejano a la distancia, como si contemplara las formas de terminar con su propia vida. De pronto, me puse furiosa.
[...]
- De cualquier modo, lo mejor es no irritar a los Vulturius - continuó Edward, interrumpiendo mi ensoñación-. No a menos que desees morir, o lo que sea que nosotros hagamos - su voz sonaba tan tranquila que parecía casi aburrido con la perspectiva.
Mi ira se transformó en terror. Tomé su rostro marmóreo entre mis manos y se lo apreté fuerte.
- ¡Nunca, nunca vuelvas a pensar en eso otra vez! ¡No importa lo que me ocurra, no te permito que te hagas daño a ti mismo!
- No te volveré a poner en peligro jamás, así que eso es un punto indestructible.
- ¡Ponerme en peligro! ¿Pero no estábamos de acuerdo en que toda la mala suerte es cosa mía? - estaba enfadándome cada vez más -. ¿Cómo te atreves a pensar en esas cosas? - la idea de que Edward dejara de existir, incluso aunque yo estuviera muerta, me producía un dolor insoportable.
- ¿Qué harías tú si las cosas sucedieran a la inversa? - preguntó.
- No es lo mismo.
Él no parecía conocer la diferencia y se rió entre dientes.
- ¿Y qué pasa si te ocurre algo? - me puse pálida sólo de pensarlo -. ¿Querrías que me suicidara?
Un rastro de dolor surcó sus rasgos perfectos.
- Creo que veo un poco por dónde vas... sólo un poco - admitió -. Pero ¿qué haría sin ti?
- Cualquier cosa de las que hacías antes de que yo apareciera para complicarte la vida.
Suspiró.
- Tal como lo dices, suena fácil.
- Seguro que lo es. No soy tan interesante en realidad.
Parecía a punto de rebatirlo, pero lo dejó pasar.
- Eso es discutible - me recordó.
[...]
LUNA NUEVA - STEPHENIE MEYER